Durante años, una legislación restrictiva y una injustificada alarma social perjudicaron a los equipos de refrigeración evaporativa favoreciendo el empleo de otras tecnologías a la hora de dotar de refrigeración a los centros comerciales, como es el caso de los aerorefrigeradores. Sin embrago, se trata de equipos menos eficientes que incrementan el consumo energético.
Las grandes superficies son importantes consumidores de energía por lo que cualquier medida de ahorro energético que pueda adoptarse ofrece grandes posibilidades. En este contexto, la climatización es uno de los capítulos más destacados, en la medida que es el elemento con mayor impacto en el gasto energético de estos centros, en especial durante los meses de verano. Sin embargo, en España son pocos los centros comerciales que cuentan con datos suficientes sobre su consumo energético o que hayan puesto en marcha un plan de eficiencia energética. Diferentes estudios existentes al respecto sitúan el ahorro potencial de consumo energético anual de estas superficies entre un 20 y un 35 % y estiman que una eficiente gestión energética podría llegar a representar un ahorro anual de 48.000 euros.
En este contexto, los equipos de refrigeración evaporativa son eficientes desde el punto de vista energético, respetuosos con el medio ambiente y seguros para la salud humana, proporcionando una climatización fiable, eficiente y segura.
Entre las ventajas que los equipos de refrigeración evaporativa pueden aportar en estos lugares, caben citarse las siguientes:
- Su capacidad de ahorro energético supera ampliamente a la ofrecida por soluciones alternativas, como es el caso de los autorefrigeradores que se han venido utilizando ampliamente en grandes superficies, pero que resultan menos eficientes e incrementan el consumo energético.
- Altos ratios de eficiencia.
- Respetuosos con el medio ambiente y seguros para la salud humana. En estos aspectos han influido los avances técnicos registrados en los últimos años. Los equipos incorporan herramientas de seguridad como los separadores de gotas que impiden la difusión de gotas de agua lo suficientemente grandes como para transportar a larga distancia la bacteria; se impone el uso obligatorio de programas de mantenimiento biológico; y se establece la adopción de otras precauciones (previstas en la legislación) como el alejamiento de los equipos de zonas de paso de personas, que favorecen que la posibilidad de la proliferación y, en su caso, diseminar al medio ambiente de la bacteria sea prácticamente nula. Todos ellos son aspectos a tener en cuenta a la hora de asumir el diseño y construcción de un centro comercial.