Hace ya varios años, concretamente seis, que no se dan casos de legionela cuyo origen haya estado en sistemas de refrigeración evaporativa, torres de refrigeración y condensadores. Hace ya tiempo que las noticias de casos aislados de esta enfermedad de las vías respiratorias provocada por la bacteria del mismo nombre sitúan el foco de la infección en conducciones de aguas privadas y públicas y equipos industriales o comerciales que utilizan el agua durante sus servicios. De hecho, fuentes urbanas ornamentales o lavaderos de coches han sido los elementos donde se ha localizado el origen de la bacteria en los últimos casos registrados en España.
Llegar a este punto ha sido posible gracias a una estrategia bien diseñada apoyada en varios pilares: determinación, prevención, vigilancia exhaustiva, planes de mantenimiento protocolizados y regulares siguiendo las recomendaciones de los fabricantes de equipos, divulgación y concienciación entre los usuarios.
El camino está marcado y lo que ahora ya se ha entendido es que el mantenimiento de las torres de enfriamiento y condensadores evaporativos es un proceso sencillo que aporta numerosas ventajas, tanto para evitar la proliferación de la bacteria de la Legionela, como para optimizar el rendimiento y la vida útil de los equipos y favorecer el ahorro energético. El mantenimiento debe realizarse a lo largo de todo el año y extenderse a todas aquellas instalaciones susceptibles de albergar la bacteria.
La refrigeración evaporativa es una tecnología ampliamente extendida que se utiliza en todos los procesos que requieren frío para su funcionamiento en sectores industriales y servicios, desde grandes superficies comerciales hasta centrales eléctricas. Este predomino sobre el resto de tecnologías en el tejido industrial, justifica aún más la necesidad de realizar los controles necesarios.
En síntesis, las actuaciones desarrolladas dentro del mantenimiento de los equipos de refrigeración evaporativa están dirigidas a propiciar las tareas de limpieza, desinfección y control de la temperatura del agua. El objetivo de esta labor es doble, por una parte eliminar el riesgo de reproducción de la bacteria de la legionela, y por otra, optimizar el rendimiento energético del equipo, funcionamiento y vida útil.
Por tanto, ¿mantenimiento? Por supuesto, es vital, como también lo es su periodicidad. Hay que recordar que La legionela se combate en invierno. Es un error creer que realizar los trabajos de mantenimiento cuando llegan las altas temperatura será suficiente para prevenir concentraciones de Legionela. El mantenimiento de una torre debe realizarse con la frecuencia recomendada por el fabricante durante todo el año.