Dado que el MInisterio de Sanidad prevé lanzar a lo largo del presente año un nuevo Real Decreto sobre Legionela, del que ya hemos hablado anteriormente en este blog y al que desde el Grupo de Refrigeración Evaporativa de AEFYT se achaca falta de coherencia normativa actual, nos ha parecido oportuno recordar la revisión que de la norma UNE 1000300, que establece ue establece el marco de prevención y control de la legionela, se realizó hace cuatro años, así como sus principales consecuencias.
Su revisión, realizada en 2017 y en la que tomó parte el Grupo de Fabricantes de Refrigeración Evaporativa de AEFYT, avanzó esencialmente en la clasificación de los equipos de riesgo y en la previsión de los protocolos de detección de la bacteria, aspectos en los que se han registrado los principales avances.
- Se ampliaron las instalaciones contempladas por la Norma como de riesgo: agua fría de consumo (AFC), agua caliente sanitaria (ACS), torres de refrigeración y condensadores evaporativos, humidificadores, centrales humidificadores y enfriadores evaporativos, agua climatizada con agitación constante (SPAs y bañeras hidromasaje), fuentes ornamentales y riego urbano por aspersión, nebulizadores y otras (por ejemplo, lavado de vehículos).
- Esta lista de instalaciones permite dotar a la Norma de una clasificación exhaustiva, más allá de la clásica división entre equipos de alto o bajo riesgo, carente de rigor científico.Además, se han incorporado instalaciones que, según la experiencia de los últimos años, han sido causantes de algunos de los brotes más dañinos en España. Asimismo, el hecho de incluir, por primera vez, en la norma como equipos susceptibles al control los humidificadores usados en terrazas y bares, aporta mayor seguridad a los ciudadanos.
- La reforma de la Norma incidió sobre todo en aspectos relacionados con la prevención, detección y actuación frente a la legionela, acciones que, en su conjunto, han redundado en un incremento de la seguridad. Se insistió en todo lo relativo a la toma y transporte de muestras, ensayos microbiológicos y fisioquímicos, métodos alternativos al cultivo para la detección y cuantificación de la legionela en las muestras, y la generación de informes. Las técnicas rápidas de detección de la legionela han permitido obtener los datos con gran inmediatez -apenas dos horas- y actuar en consecuencia. Se ha incrementado la seguridad socio-sanitaria y se han reducido los gastos, en la medida que, al poder iniciarse los tratamientos desinfectantes con mayor rapidez, ya no es necesario clausurar la torre.
- Por último, la actualización de la Norma permitió eliminar la obligatoriedad de una distancia mínima entre el lugar en el que se ubican los equipos y los seres humanos, a cambio del desarrollo de instalaciones más completas, dotadas de separadores de gotas, que incrementan la seguridad.
- Asimismo, los niveles de legionela para comenzar a realizar acciones según la nueva Norma se sitúan ahora en 1.000 UFC/l, frente a las 100 UFC/l de la anterior, un nivel muy común en cualquier acumulación de agua, que obligaba a hacer muchas actuaciones innecesarias.Esta medida permite realizar actuaciones justificadas cuando se produce un incremento anormal de la presencia de bacterias en el equipo.
Cuatro años después, el incremento de la seguridad socio-sanitaria y el ahorro de costes han sido los principales beneficios de su revisión.