La Oficina Antifraude de la Comisión Europea, OLAF (European Commission Anti-fraud Office) ha situado las importaciones ilegales de refrigerantes HFC en EU entre sus prioridades operativas.
En una reunión celebrada recientemente en Bruselas, representantes de la industria de la refrigeración, de la DG TaxUD (organismo que lleva a cabo las políticas fiscales de la UE) y de la Comisión por el Clima han reconocido la necesidad de trabajar juntos para luchar contra el fraude transfronterizo en materia de importación ilegal de gases refrigerantes.
Este acuerdo se enmarca en los esfuerzos por hacer de Europa el primer continente en materia de protección climática en el año 2050. Según la OLAF, “este tipo de actividades ilegales dañan el medio ambiente, generan pérdidas de ingresos fiscales y suponen una competencia desleal para los negocios legales”.
La industria y los grupos ecologistas calculan que el comercio ilegal de los refrigerantes HFC, que contraviene el reglamento F-Gas en Europa, puede alcanzar hasta el 20% de la cuota permitida legalmente. Aunque fuentes oficiales de la UE no han confirmado esta cifra, de lo que nadie duda es del perjuicio que esta actividad crea en los países de la UE. Por ejemplo, solo en Grecia, ha costado al erario público más de 20m de euros en IVA e impuestos perdidos en 2018.
Además, en un artículo del Finantial Times se estima que las importaciones ilegales cuestan a los fabricantes de refrigerantes alrededor de 500 M de dólares al año en pérdida de beneficios.