José Manuel Sánchez, gerente de Malaba y representante de la organización en el Grupo de Instaladores en el Consejo Rector de AEFYT, nos habla, en el marco del Mes del Instalador en nuestros canales digitales de comunicación, sobre la evolución del sector en los últimos años y la importancia de la formación para recoger nuevas vocaciones.
- ¿Cómo ha cambiado el sector del frío en los últimos años?
Los cambios tecnológicos han sido continuos y cada vez más rápidos, la eficiencia energética ha sido uno de los motores que ha impulsado la mayor parte de tecnologías de refrigeración, desescarche por gas caliente, condensación y evaporación flotante, eliminación de resistencias eléctricas, instalaciones frío -clima, domótica aplicada a la refrigeración y climatización.
Otro factor que ha hecho progresar y mejorar tecnologías anteriormente en desuso ha sido el uso de refrigerantes menos nocivos para la capa de ozono (HCFC, CFC,) impulsado por el impuesto a los gases fluorados, tecnologías que usan CO2 como refrigerante. Actualmente la mayoría de instalaciones en medianas y grandes superficies se realizan con CO2. Hasta hace diez años era impensable utilizar este refrigerante en países cálidos y temperaturas por encima de 38 grados, Nuestra primera instalación de CO2 en ciclo subcrítico se hicieron en 2011 y actualmente desde el año 2018 en ciclo transcrítico.
Los avances en este tipo de instalaciones son continuos y lo que se persigue es que una vez desarrollada la tecnología de uso en cualquier circunstancia, sea lo más eficiente energéticamente hablando (compresores paralelos, eyectores, recuperación de energía para climatización, ACS etc.). Para estar al día en todos estos avances y mejorar la gestión de este tipo de instalaciones, nos vemos ante el reto de poder formar a nuestros técnicos a la velocidad en la que estos cambios se van produciendo.
- ¿Acusan la falta de vocaciones entre los frigoristas jóvenes?
Acusamos la falta de personal cualificado en general, frigoristas, electricistas, programadores, etc. Los frigoristas vocacionales son una excepción, son los frigoristas de oficio aprendido de su entorno, familiares con empresas pequeñas, autónomos personas que de alguna manera han seguido el trabajo familiar y que son buenos profesionales. Han tenido que ser mecánicos del frío, reparar según los medios disponibles y conocer de primera mano las instalaciones.
La profesión de frigorista es muy compleja y exigente, hay que saber de muchas otras disciplinas, electricidad, programación, fontanería, soldadura etc. No todo el mundo está dispuesto a formarse o tiene capacidades suficientes. El sector del frío es un sector crítico, alimentación, farmacia, hospitales etc. necesitan la refrigeración para conservar, transportar alimentos, vacunas etc., los frigoristas son necesarios 24 horas 365 días y quienes no tiene claro esta realidad dura poco en el sector.
- ¿Cómo podemos hacer este sector más atractivo para ellos?
Deberíamos implicar a las empresas que prestamos los distintos servicios y a las empresas usuarias, no podemos mejorar horarios si se nos exige trabajar en unas determinadas condiciones. Vivimos y trabajamos como si el mundo se acabase al día siguiente, muchos profesionales cambian de sector por disponer de fines de semana o por el simple hecho de saber cuándo empieza y acaba su jornada laboral.
Como he dicho antes el frío es crítico y eso implica tener profesionales disponibles 24 horas. Otro aspecto muy importante es la formación, habría que buscar la manera de dar una formación continua dentro de las empresas. El sector del frío es un sector sin paro y esa formación continua es el camino para que los profesionales se ilusionen con ser mejores y mejor preparados. Dicha preparación está íntimamente ligada a la retribución salarial y a la perdida de temor a los cambios futuros.